El aire en la Universidad Nacional Evangélica (UNEV), Recinto Santiago, vibraba con una mezcla de expectativa y emoción. En la explanada del edificio “A”, un grupo de jóvenes se preparaba para dar vida a una nueva iniciativa que promete resaltar no solo los valores culturales de la institución, sino también la rica herencia de nuestra patria.
El lanzamiento del grupo folclórico, un evento tan esperado, se convirtió en una celebración de identidad y pertenencia.
La Dra. Johanny Rodríguez, directora del recinto, ocupó el centro del escenario, su voz resonando con un fervor contagioso.
“Hoy es un día de orgullo”, afirmó, reflejando en sus palabras el compromiso de la UNEV con la cultura. Con una sonrisa que irradiaba satisfacción, invitó a los estudiantes de todas las carreras a unirse a esta iniciativa. “Ser parte de este grupo es una manera de fortalecer nuestros lazos con la identidad cultural que nos define”, enfatizó, llenando de motivación a los presentes.
La ingeniera Jovina de la Cruz, Coordinadora Académica, tomó la palabra a continuación. Su tono era de admiración y aliento, resaltando el esfuerzo y la dedicación de los estudiantes que, con entusiasmo, se habían embarcado en esta nueva aventura. “Ustedes son los portadores de nuestra cultura”, dijo, instando a los jóvenes a mantener viva la llama del folclor.
La magister Karina López, Encargada del Departamento de Extensión Universitaria, se unió al coro de motivación. “Este grupo no es solo un equipo; es una familia que celebrará nuestras tradiciones”, afirmó con pasión. Su mensaje se entrelazaba con la energía del momento, creando un ambiente propicio para el arte y la colaboración.
Y cuando llegó el momento de la presentación, la explanada se transformó en un mar de colores y ritmos. Los jóvenes del grupo folclórico, ataviados con trajes que honraban nuestros símbolos patrios, se lanzaron al escenario. Con cada paso, con cada giro, dejaron entrever la esencia de nuestra identidad cultural.
Las sonrisas en sus rostros eran un reflejo del orgullo que sienten por sus raíces, mientras sus cuerpos se movían al compás de la música folclórica que resonaba en el aire.
El público, cautivado, aplaudía con entusiasmo, celebrando no solo la actuación, sino el renacer de una tradición que, a través de estos jóvenes, cobraba vida una vez más. El grupo folclórico no solo bailaba; contaba historias, tejía memorias, y reafirmaba la importancia de mantener viva la cultura en un mundo que a menudo parece olvidarla.
Así, en la UNEV, el lanzamiento de este grupo folclórico se consolidó como un faro de esperanza y orgullo. Un recordatorio de que nuestras tradiciones son el hilo conductor que nos une, y que, a través de la danza, la música y la alegría, podemos celebrar quienes somos y hacia dónde queremos ir.
