Santo Domingo. El teólogo y docente universitario Roberto Bueno, expresó: que la comunidad protestante del país debe recuperar la sencillez y la reputación de la vida evangélica. Indicó que una forma para lograr esto es, poner la mirada en hechos importantes del movimiento de pre-reforma encabezado por figuras trascendentes como Pedro Valdo, Juan Wyclif y Juan Hus, quienes hicieron esfuerzos por cambiar y transformar la iglesia cristiana de su tiempo.
Al hablar en la capilla de la Universidad Nacional Evangélica con motivo de iniciarse las actividades del mes de conmemoración del 504 aniversario de la Reforma Protestante del siglo XVI, el académico Bueno, explicó que los “Juanes” (Wyclif y Hus), privilegiaron el espacio de la universidad como plataforma de denuncia y anunciaron las reformas que requería sociedad y la iglesia de su tiempo, tal como un siglo después lo hizo Martin Lutero con sus 95 tesis.
“Pero lo importante es que, en las biografías de estos hombres de fe, la universidad era el centro de acción para cambiar y transformar la sociedad y la iglesia de su tiempo, tanto Wyclif como Hus, se sentían desafiados por el pensamiento profundo y complejo que exigía la escolástica medieval de su época”.
Recordó que estos hombres formaron parte del debate académico en el que se abordaba el tema de cómo entender la realidad y cómo nombrarla. «Este es un desafío que tenemos hoy día en el seno de la universidad. Tenemos que estudiar la realidad y “nombrarla” tal como ella se presenta para buscar alternativas y referentes desde la fe para aportar a su transformación».
«Tenemos el desafío de enseñar a pensar a nuestros estudiantes para que tengan la capacidad de transformar su realidad. No nos podemos quedar solo transmitiendo «conocimientos», hay que proveer herramientas para cuestionar la realidad teniendo como referente la verdad eterna de Dios».
Enfatizó que estos pre-reformadores concebían que tanto la sociedad como la iglesia de sus días debían estar modeladas por la iglesia apostólica. Sostuvo que ambos tenían claro cuál era su referente, por lo que condenaban desde la cátedra como desde el púlpito el abandono del servicio y de la humildad.
Dijo: Que estas ideas fueron claves en sus tiempos, y desafiaron el poder religioso y político de sus mundos. Señaló que los Juanes asumieron un compromiso con la verdad, lo que implicó para ellos una vida de dolor y sufrimiento. Ambos fueron condenados y humillados con crueldad hasta perder sus vidas. El gran desafío es nuestro, teniendo antecedentes de hombres de la universidad comprometidos con la verdad y las transformaciones necesarias.
Explicó, que la realidad actual que vivimos hoy es muy diferente, pues la mayoría de las personas que va a la universidad lo hace para cambiar su bolsillo, y esto se refleja en que un gran porcentaje de quienes se hacen docentes en República Dominicana no tienen como meta desarrollar una vocación y un compromiso para cambiar la vida de sus alumnos, sino que su prioridad se reduce a conseguir un nombramiento en el Estado.
El poder y las riquezas
En otro aspecto de su presentación, Robert Bueno, expresó que el poder y las riquezas son tentaciones que no solo permean las iglesias sino el contexto de la educación universitaria. Calificó como funesta la tendencia prevaleciente de que la iglesia para realizar su tarea evangelizadora y fortalecer la identidad se apoye sin más alternativas en la fama y el dinero.
En sus recomendaciones finales, el académico Robert Bueno, llamó a los presentes a imitar el ejemplo de Wyclif y Hus y a seguir descubriendo y conociendo la verdad hasta hacerla vivir en nosotros por medio del Espíritu Santo.
Rector: No hay reforma sin universidad
Al presentar sus consideraciones dentro del espacio de los devocionales semanales, el doctor Juan Guerrero Ávila, valoró las puntualizaciones del docente Robert Bueno, al tiempo que hizo conciencia ante los presentes de que para que exista reforma debe ser desde la universidad.
“Deben meterse en sus mentes que el propósito de la UNEV no es hacer rico a nadie, sino promover el evangelio y contribuir a generar en nuestras iglesias el avivamiento que se necesita para cambiar la sociedad”, enfatizó.