Apreciados hermanos(as): En esta quincuagésima octava investidura la Universidad Nacional Evangélica (UNEV) entrega a la sociedad dominicana 1,108 nuevos profesionales en los niveles de grado y post-grado, en diferentes disciplinas y áreas del saber. Son ustedes el rostro de esta academia, por lo que les exhorto a marcar esta sociedad con sus acciones profesionales en una transformación: económico, productiva y social de sus entornos.
Felicidades, a todos los declaro héroes, han completado su recorrido académico, cumpliendo los requisitos para optar por una carrera que los certifica como aptos para ejercer una profesión con las competencias que demanda la sociedad; hoy me honro al entregarles los títulos que los declara merecedores de tal distinción, reciban felicitaciones en nombre de esta su alma mater, del Consejo Académico y personalmente. Ustedes desafiaron un periodo matizado por la incertidumbre, la falta de expectativas, desanimo; causada por la presencia de la mayor crisis de salud y económica conocida por la presente generación, la pandemia provocada por el COVID-19. Ustedes iniciaron y realizaron sus trabajos de grado en medio del desafío de la Pandemia en su mayor expresión. Gracias a Dios cuando mucho se paralizaron ustedes enfrentaron los obstáculos, desafiaron las adversidades y hoy, triunfantes declaran lo logramos y pueden acuñar la frase de fe, unido a Dios y yo mayoría aplastante. A Dios sea la gloria, la honra y el honor.
Señoras y señores: Con sentimientos de tristeza e indignación, tengo que referirme a una problemática que, lamentablemente, se ha convertido en un cáncer en la República Dominicana. Me refiero al asesinato de mujeres por sus cónyuges, ex parejas o pretendientes. Es necesario como sociedad hacer un alto y reflexionar, porque no podemos seguir incrementando las estadísticas de mujeres muertas o mutiladas a causa de quienes están llamados a compartir la vida con ellas y que han asumido el compromiso de protegerlas y amarlas. La muerte de cada mujer deja una secuela de familias divididas, niños, niñas y adolescentes huérfanos y una sociedad herida. Hasta cuando diremos ni una más y a los pocos días somos sorprendidos por casos mucho más escandalosos. Hemos incurrido en un gran fallo los diferentes estamentos de la sociedad, dígase: las familias, escuelas, iglesias, organizaciones sociales, medios de comunicación, los vecinos; firmemos un pacto para luchar contra las agresiones intrafamiliares y sobre todo contra la violencia femenina.
Uso este escenario para en nombre de toda la familia de la Universidad Nacional Evangélica para felicitar al sistema judicial dominicano y decirle que han iniciado muy bien, continúen dando demostración de independencia y probidad como la mostrada por el ministerio público y coronada con la actuación del Juez Alejandro Vargas. Por mucho tiempo hemos tenido un poder judicial sumiso, dubitativo; al servicio de los políticos de turno e incapaces de dictar sentencia, aun en caso muy evidente para la sociedad. Han dado un primer paso continúen hasta erradicar la corrupción que en los últimos años se ha llevados los recursos que debieron mejorar la educación, salud, tecnificación de la policía nacional, así como otras inversiones sociales. Una justicia independiente y que actúa a tiempo es imprescindible para mantener un desarrollo social y económico que se traduce en mayor inversión social y generador de confianza en los inversionistas y por ende generando empleo que disminuye pobreza.
La corrupción pública y privada es el resultado de la carencia de valores personales, familiares, humanos y cristiano; la falta de Dios, y el incremento del individualismo, acompañado de la promoción de antivalores asumido por la sociedad en general. la UNEV, hace énfasis en la promoción de formación académica modelada por valores y ustedes van a la sociedad con un plus para enfrentar la corrupción: están formados con una educación que les mostró la esencia de la humanidad que Dios puso en el ser humano original, están formados para vivir, mostrar y enseñar democracia, para promover el desarrollo sustentable, para ser promotores de la paz y para servicio; recordando la máxima “El que no vive para servir no sirve para vivir”. Marquen los espacios por donde pasen, dejen huellas positivas.
Señoras y Señores, en este mes de diciembre se conmemora el hecho más trascendente en la historia de la humanidad: el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, punto central, principio y fin de la historia de la humanidad. Por eso quiero externar mis más sinceros parabienes y deseos de vida, salud y paz a toda la comunidad académica y universitaria, a la comunidad cristiana, a ustedes apreciados miembros de la clase graduanda de esta quincuagésima octava investidura ordinaria de UNEV, felices pascua de navidad y un próspero y venturoso año nuevo.
A todos y todas las dominicanas, que el Dios Todopoderoso guie sus caminos en la Paz que sobrepasa todo entendimiento. Celebremos la navidad con la modestia que el niño Jesús vino al mundo, el pesebre es sinónimo de desprendimiento y humildad. Celebremos la navidad y año nuevo con moderación, cuidando tu salud, la de tu familia y la de otros; respetemos los protocolos articulados por el gabinete de salud del Estado Dominicano. Para que iniciemos un nuevo año todos en salud.
Clase graduanda, que bueno que ha llegado este día, hoy es día de celebración y regocijo, reciban mi más cálidas felicitaciones, se lo merecen, ustedes se lo propusieron, se esforzaron y, hoy en sus respectivos entorno celebran Eben ecer, hasta aquí nos ayudó Dios, y los va seguir ayudando; hoy se gradúan ustedes y la familia: Padres, cónyuge, hijos, tíos, primos y vecinos. Para algunas familias podría ser el primero en obtener un título, ese fue mi caso. Recuerda, sin importar cuál sea el caso, que tú eres resultado de todos cuanto han colaborado en tu formación y que hay una sociedad que ha invertido en ti. Ejerce tu profesión con sentido de responsabilidad y compromiso para esta sociedad y tu entorno. Den lo mejor de ustedes. Donde usted le corresponde ejercer, no solo se representan a ustedes; también representan a sus familias, los compañeros de estudio, la universidad, la comunidad de fe. Actúen bien, porque cada acción que realizas es como una semilla que se siembra y más tarde cosecharas lo que has sembrado.
Finalmente quiero poner en sus manos la clave del éxito; muchos manuales se han escrito y se seguirán escribiendo, pero la verdadera clave es obediencia a Dios. Sal. 37:3-5. Confía En Dios, y haz el bien: y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Dios, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Dios tu camino, y confía en Él y Él hará. Graduandos y graduandas, sustentado en la poderosa gracia de Altísimo, te exhortamos a que no abandones tu sueño, convierte tu sueño en proyecto, ponlo en las manos de Dios. Y Dios guiará tu camino para alcanzar las metas propuestas. Recuerda en Dios haremos proezas.
Feliz Navidad, prospero Año nuevo y que Dios les bendiga rica y abundantemente. FELICIDADES.