Estimados bachilleres, es un honor y un privilegio dirigirme a ustedes en esta memorable ocasión de su ingreso a cursar estudios profesionales en la UNEV. Ustedes son valientes y afortunados. A pesar de los sacrificios que están haciendo para entrar en esta universidad, no muchos jóvenes dominicanos tienen el privilegio de alcanzar, tanto el nivel educacional necesario ni tienen la oportunidad económica para desarrollarse a niveles superiores tanto en lo profesional como en lo personal.
En la Rep. Dominicana solo un 25% de los jóvenes ingresan a la universidad y de estos, solo la mitad se gradúan. Entrar en una universidad en nuestro país, es un privilegio, graduarse es una victoria sobresaliente. Son múltiples las limitaciones y barreras que ustedes tendrán que vencer para formar parte de ese 12.5% que se graduarán:
En primer lugar está la necesidad de aplicar disciplina y hábito de estudio. Estos elementos son necesarios para desarrollar un desempeño universitario exitoso. No se trata de simplemente pasar las materias, la universidad es el espacio de tiempo donde aprenderemos a aprender y a disfrutar aprendiendo lo que nos gusta, aquello para lo cual nuestro creador nos ha dotado especialmente.
Muchos de ustedes es posible que todavía no estén seguros de cuáles son sus preferencias profesionales y capacidades naturales, y por lo tanto este primer grado universitario no coincidirá con dichos dones naturales. Pero una formación profesional estructurada, en cualquier disciplina, los equipará para que cuando descubran cuales si son sus verdaderos intereses y dones naturales, poder desarrollarlos sobre la base económica e intelectual que su primera carrera universitaria les proporcionará. Una educación completa requiere de conocimientos en varias disciplinas del saber.
En segundo lugar están las limitaciones económicas. Muchos de ustedes empiezan sus carreras en la UNEV realizando grandes sacrificios económicos y personales, teniendo que trabajar y estudiar simultáneamente. Esta dificultad, es a la vez, una gran oportunidad para forjar su carácter y constancia personales. A medida que ustedes maduren aprenderán que las metas mas altas y los logros más sostenibles, solo se obtienen con diligencia, esfuerzo y tiempo. No es posible festinarlos y acelerarlos. La constancia y la paciencia son rasgos de los verdaderos triunfadores.
Y en tercer lugar, hay barreras morales y espirituales, propias de la generación joven, que ustedes tendrán que superar. La cultura postmoderna del siglo XXI, con su fuerte impulso anti-cristiano y neo-paganizante, impulsa a la juventud por caminos morales, sociales y espirituales muy peligrosos. Para empujar a la juventud en esta dirección destructiva, la cultura occidental contemporánea posee instrumentos tecnológicos muy efectivos, desde los celulares inteligentes hasta las comunidades virtuales que buscan reducir los lazos familiares y de verdadera comunidad.
Estos males tienen ser enfrentados con una formación sólida del carácter y una formación moral sólida. Si este enfrentamiento del mal va ser efectivo, la única arma que puede vencerlos son los principios y enseñanzas de Dios en las Sagradas Escrituras. No me refiero al uso de las Escrituras como libro de religión, sino como lo que es, la palabra de Dios, y por lo tanto capaz de no solo guiar al espíritu humano hacia la reconciliación con Dios y la salvación a través de Jesucristo, sino que las Escrituras contienen las claves y los principios para descubrir los secretos de la sabiduría de Dios en todas las áreas de la creación y las estructuras sociales, desde la familia hasta el gobierno civil.
Estos retos son grandes, pero millones de personas desde la fundación de la primera universidad en Boloña, en el norte de Italia en el año 1088 lo han logrado, así ustedes también lo lograrán con Dios por delante.
Quisiera terminar esta exhortación citando la Biblia, en el libro de los Proverbios, en el capítulo 2, versículo 6 y 7:
“Porque Jehová da la Sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
El provee de sana sabiduría a los rectos;
Es escudo a los que caminan rectamente.”
Que Dios esté con ustedes a lo largo de sus carreras universitarias y espero verlos, a cada uno, el día de su graduación.
Solo a Dios sea la Gloria.
10 de septiembre del 2016