Agosto 28 de 2020
Como saben todos, un virus aparentemente inocente que aparece por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en la República Popular China, pronto trasciende las fronteras de la mayoría de los países del mundo, convirtiéndose en pandemia, declarada oficialmente como tal en marzo de este año 2020.
Esta pandemia de COVID-19 provocó la interrupción sin precedentes más desbastadora de la historia de la educación, obligándonos a cambiar de manera abrupta de la educación presencial a la virtual, haciendo más difícil sus aprendizajes, incluso para aquellos que pueden acceder a la educación a distancia y, aun así, su éxito depende en mucho de sus condiciones de vida.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU declaró recientemente, refiriéndose la tragedia provocada por el COVID -19, con respecto de la educación, cito:
«Ya enfrentábamos una crisis de aprendizaje antes de la pandemia», «Ahora enfrentamos una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades ya de por sí arraigadas». Termina la cita.
Han de saber, apreciados graduandos que más de 250 millones de niños en edad escolar estaban fuera de las escuelas antes del comienzo de la pandemia y solo una cuarta parte de los niños de secundaria en los países en desarrollo dejaban la escuela teniendo habilidades básicas. Según la misma fuente.
Cabe entonces una pregunta: ¿Exactamente cuántos niños están fuera de las escuelas producto del virus y, sin acceso a la tecnología?
Ahora ustedes están en sus casas junto a sus familiares amados viendo y disfrutando, quizás con un jugo en la mano, el desarrollo de su graduación, gracias a la virtualidad y a la tecnología.
Pero, ¿cuántos en este país carecen de ese privilegio?
Seguramente que la virtualidad llegó para quedarse por mucho tiempo, sino es que se queda para siempre.
Esta pandemia ha demostrado que no es una brecha digital la existente, sino un abismo digital, puesto que una gran cantidad de estudiantes han quedado fuera de las aulas por carecer de las herramientas necesarias para acceder a clases virtuales.
Es imperativo ético y de conciencia que cada docente se reingenierice, haga su propio FODA a fin de que se dedique y enfoque en aprender y dominar las herramientas tecnológicas- pedagógicas para que de forma creativa e innovadora haga más atractiva la escuela en el ejercicio de la enseñanza en este tiempo de tantas deserciones.
Lo mismo han tenido que hacer las instituciones empresariales y políticas para permanecer firme en esta ola de vertiginosos cambios y que da la impresión que no se detendrá. No hacerlo es orillarse al cauce de sus turbulentas corrientías.
El giro inusitado que dio nuestras vidas a partir del COVID-19 en poco tiempo, ha sacado la reciedumbre interna con la que estamos construidos. Ustedes son un ejemplo de como en medio de la pandemia tuvieron que ingeniarse para sacar su tesis adelante. Tuvieron que auxiliarse de compañeros, de amigos, de la universidad para salir exitosamente adelante.
Puede decirse que ha sido una revolución para el cambio, donde la solidaridad, el trabajo cooperativo y la resiliencia han sacado a flote el ser ético que vive al interior de cada uno. De no haber salido de esa manera, se hubiese mostrado el ser deshumanizado y maquinizado.
Llegaron hasta aquí gracias a Dios y entre otras cosas a sus esfuerzos, al empuje y apoyo de sus familias, a las sabias orientaciones de sus docentes, aun cuando sé que encontraron personas que se les opusieron. Hoy pueden ver el mundo desde una posición más alta, pueden testimoniar de esta su hazaña con las palabras del caracol al cóndor.
Ya ve usted señor cóndor, las alturas no son su exclusividad, algunos llegamos con marcas en nuestro cuerpo, adelgazado, pero felices, al fin hemos llegado a la cima de la más escarpada montaña.
Sigan adelante que Aún quedan montañas por escalar. Sean todos bienvenidos a la QUINCUAGESIMA SEXTA graduación Ordinaria y primera virtual en el marco del 34 aniversario de la universidad
Dios bendiga a todos. ¡JUNTOS SI PODEMOS!
Muchas gracias